El baile fitness por excelencia pone a moverse a cientos de personas en pro de la vida sana y el deporte.
PATRICIA MARTÍNEZ
El
pasado viernes 8 de Abril el Club Delfos de Cornellà se llenó de energía y de
color. Eran las 19:30 y comenzaba la masterclass de zumba ambientada en Italia
que todos los presentes estaban esperando.
Llamado Little Italy Zumba Party, el evento esperaba reunir a cientos de personas dispuestas a pasarlo bien practicando zumba de la mano del grupo Zumba Fitness en Barcelona que, además, incluyó como invitados a instructores italianos. Objetivo que, sin duda, se cumplió con creces. La fiesta consiguió convocar a más de cien personas en el club deportivo, que durante dos horas bailaron a ritmo de zumba italiana.
Los asistentes bailan ante el escenario. // ©ZumbaFitnessBCN |
La
pista de baloncesto fue el lugar escogido para realizar el evento, por ser el
espacio más amplio del club, y con un escenario y dos altavoces, comenzó la
fiesta.
Nada
más empezar, los instructores enseñaron a los allí presentes los pasos básicos
que iban a bailarse en la primera coreografía y, acto seguido, la música
comenzó a sonar por los altavoces y empezó el primer baile. Con un ritmo
frenético de tan solo tres minutos de descanso entre una coreografía y otra,
fueron muchos los que se rindieron al cansancio y no pudieron seguir los pasos
de los instructores a partir del tercer baile. “En la próxima coreografía
descansamos”, podía oírse entre los asistentes. Sin embargo, para alivio de
muchos, a las 20:15 horas hubo un descanso de quince minutos en el que los
asistentes pudieron aprovechar para descansar e hidratarse.
“Hemos
hecho más fiestas de zumba ambientadas en muchos otros lugares del mundo.
México, Colombia… Y la verdad es que siempre han sido un éxito. La gente
disfruta con la zumba y nosotros con ellos”, explica Karlo Morali, uno de los
organizadores del evento. Desde luego, los allí presentes parecieron divertirse
con la fiesta, y el buen ambiente que inundaba el lugar era innegable.
Después
del descanso, tres nuevos instructores italianos ocuparon el escenario y la
fiesta se reanudó con coreografías de más dificultad que las iniciales. Los
asistentes más experimentados consiguieron mantener el ritmo pero, en general,
la mayoría de personas no lograba seguir del todo bien los pasos de los
profesores.
Cuando cayó la tarde, la música dejó de sonar y todos los organizadores del evento subieron al
escenario. "Gracias a todos por venir y, sobre todo, gracias a nuestros amigos italianos por hacer de esta una gran fiesta", dijo uno de los instructores. Después de esto, las personas empezaron
a encaminarse a las duchas y, agotadas por la intensidad del evento, no dejaban de hiperventilar. Viéndoles
las caras, me quedó claro que, aunque solo sea por el cansancio, este será un día
que tardarán en olvidar.
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